¿Reforma fiscal o aspirina tributaria?
Aunque hemos iniciado este año con un paquete fiscal aprobado y no necesariamente con lo que conocemos como una Reforma Fiscal de trascendencia, en esta ocasión les comparto los cambios que considero pudieran tener un impacto en los aspectos fiscales de las entidades y una opinión sobre si será necesaria una Reforma Fiscal para 2021.
Lo inmediato: respecto a los cambios para este ejercicio que termina el 31 de diciembre, aunque se ve lejano, tenemos algunas regulaciones que han causado inquietud sobre su aplicación y encontramos entre éstas la retención de 6% del impuesto al valor agregado (IVA) en servicios tercerizados, mejor conocidos como outsourcing.
Hay tantas dudas alrededor de la disposición que incluso la autoridad ha emitido un criterio para su aplicación. Asimismo, una nueva disposición conocida como regla antiabuso permite a la autoridad correspondiente establecer una presunción respecto de que algún acto jurídico carece de una razón de negocios con base en los hechos y circunstancias.
Otra cuestión que ha causado revuelo se encuentra relacionada con aquellas operaciones que, bajo características específicas, tendrán que ser reportadas a la autoridad. Por último, también existe, entre otras reformas para este año, la limitación en la deducción de intereses bajo premisas que tienen un impacto indirecto en el IVA.
Así las cosas, respecto a las nuevas reglas, que tienen como efectos inmediatos que las empresas deberán invertir tiempo y recursos para que, según los requerimientos de cada disposición, se tenga un expediente que detalle hechos y circunstancias del caso, para que se proporcione a la autoridad la información que amerite en el supuesto de una revisión.
Me permito compartir algunos datos: como país estamos en la construcción de una refinería, cuyo costo final probable sea 12 mil millones de dólares (mdd) y no los 8 mil mdd que se indicó, y sabemos que se tiene el plan de construir otra refinería.
También tenemos que recordar la obligación de pago de aproximadamente 5 mil 200 mdd a tenedores de bonos extranjeros por el aeropuerto de Texcoco y que estamos en la construcción/ampliación de Santa Lucía. Además, se planea un tren de pasajeros que, aun con todos los comentarios de la sociedad, estará ubicado en el sureste mexicano. Existe el programa de Jóvenes Construyendo el Futuro y otras obligaciones de futuro próximo y con un elemento muy interesante actual, que es una caída en la recaudación fiscal.
Con este preámbulo tributario, lo siguiente sería determinar si será o no necesaria una Reforma Fiscal para 2021”.
Con estos elementos de requerimientos específicos de futuro y aquellos que se pudieran sumar, pareciera que como país debemos de entrar más temprano que tarde a la discusión de fondo sobre si México requiere una reforma fiscal de gran calado, que le permita hacer frente a todas las obligaciones, o continuar –si me lo permiten– en la búsqueda de ajustes a las reglas actuales que impliquen aumentar la recaudación fiscal. Es claro, a mi parecer, que la primera opción podría tener consecuencias hacia el gobierno actual.
¿Se le podría negar a México explorar una Reforma Fiscal 2021 de altos vuelos en aras de mantener el estatus quo? Según una línea de pensamiento constructivo, me parece que será oportuno exponer cuanto antes una necesidad real y concreta, previo a efectuar una reforma fiscal que no sólo busque incrementar la recaudación, sino aumentar/integrar a nuevos contribuyentes a la base tributaria, al explorar si este objetivo se podría lograr a través de los impuestos indirectos, como sería el caso del IVA, y que nos han mostrado otros regímenes fiscales y su efectividad tributaria.
Nota: El artículo originalmente fue publicado en el sitio https://veritasonline.com.mx/